Técnicas asertivas

1. TÉCNICA DEL DISCO ROTO

Esta es la técnica más extendida, y la que aparece en todos los libros que se han escrito al respecto. Consiste en repetir el propio punto de vista una y otra vez, con tranquilidad, sin entrar en discusiones ni provocaciones que pueda hacer la otra persona.

Por ejemplo:

– Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre

– (Disco roto:) – Tenía que terminar un trabajo y no tenía otro momento

– Pero es que siempre llegamos tarde a todas partes y estoy harto

– (D. R.:) – Es verdad, pero en este caso, sabes que no podía hacer el trabajo en otro momento

– Pero es que siempre, por una causa u otra, eres tú la que nos hace llegar tarde

– (D. R.:) – Será verdad, pero te repito que esta vez no tuve otro remedio que terminar el trabajo que tenía pendiente, etc.

Como se ve, la técnica del disco roto no ataca a la otra persona; es más, hasta le da la razón en ciertos aspectos, pero insiste en repetir su argumento una y otra vez hasta que la otra persona queda convencida o, por lo menos, se da cuenta de que no va a lograr nada más con sus ataques.

 

2. BANCO DE NIEBLA

Esta es otra de las técnicas que están más extendidas. También se la llama «técnica de la claudicación simulada».

Consiste en dar la razón a la persona en lo que se considere puede haber de cierto en sus críticas, pero negándose, a la vez, a entrar en mayores discusiones. Así, se dará un aparente ceder el terreno, sin cederlo realmente, ya que, en el fondo, se deja claro que no se va a cambiar de postura.

Por ejemplo:

– Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre

– (Banco de niebla:) – Sí, es posible que tengas razón.

– Claro, como siempre, tienes otras cosas que hacer antes de quedar

– (B. N.:) – Pues sí, casi siempre tengo otras cosas que hacer antes.

– Pues estoy harto de que por tu culpa siempre lleguemos tarde

– (B. N.) – Ya, es verdad, siempre llegamos tarde.

La persona está demostrando que cambiará si lo estima conveniente, pero no porque el otro se empeñe en ello. Para esta técnica, es muy importante controlar el tono de voz en el que se emite la respuesta, ya que si se dice de forma dura y tajante o excesivamente despreciativa, puede suscitar agresividad en el interlocutor. El tono debe de ser tranquilo y hasta ligeramente reflexivo, como meditando las palabras que nos dice el otro. (De hecho, quizás conviene realmente meditar sobre si la persona está teniendo razón con su crítica).

 

3. APLAZAMIENTO ASERTIVO

Esta respuesta es muy útil para personas indecisas y que no tienen una rápida respuesta a mano o para momentos en que nos sentimos abrumados por la situación y no nos sentimos capaces de responder con claridad. Consiste en aplazar la respuesta que vayamos a dar a la persona que nos ha criticado, hasta que nos sintamos más tranquilos y capaces de responder correctamente.

Por ejemplo:

– Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre

– (Aplazamiento asertivo:) – Mira, es un tema muy polémico entre nosotros. Si te parece, lo dejamos ahora, que tengo trabajo y lo hablamos con calma mañana ¿vale?. Si la persona insistiera, nosotros debemos insistir por nuestra parte, al estilo del disco roto, en nuestra postura. Si uno no quiere discutir, no hay discusión posible.

 

4. TÉCNICA PARA PROCESAR EL CAMBIO

Es muy útil, ya que no suscita agresividad en la otra persona ni incita a defenderse a nadie y ayuda tanto a la persona que la emite como a la que la recibe.

Consiste en desplazar el foco de discusión hacia el análisis de lo que está ocurriendo entre las dos personas. Es como si nos saliéramos del contenido de lo que estamos hablando y nos viéramos «desde fuera».

Por ejemplo:

– Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre

– Pues no sé porqué lo dices. Llegamos tarde porque tú te empeñaste en grabar el partido de fútbol en vídeo-

– ¡Pero qué cara tienes! Yo me puse a grabar el partido porque vi que estabas pintándote y no acababas nunca. Además, tú sabes muy bien quién es el que siempre está esperando en la puerta y quién es la que, en el último momento, tiene cosas importantes que hacer… (etc.)

(Procesamiento del cambio:) – Mira, nos estamos saliendo de la cuestión. Nos vamos a desviar del tema y empezaremos a sacar trapos sucios, o – Estamos los dos muy cansados. Quizás esta discusión no tiene tanta importancia como le estamos dando no crees?

Quizás lo más difícil en una discusión es precisamente lo que propugna esta técnica: ser capaces de mantenernos fríos y darnos cuenta de lo que está ocurriendo. No meternos «a saco» en contenidos que no nos llevan a ninguna parte, no dejarnos provocar por incitaciones ante las que creemos necesario defendernos. Es mucho más efectivo reflejar objetivamente qué es lo que está ocurriendo y reconocer nuestra parte de culpa («estamos cansados los dos»), que defender a capa y espada cualquier pequeño ataque que nos envíen.

 

5. TÉCNICA DE IGNORAR

Esta técnica es parecida a la anterior, aunque en este caso, la responsabilidad recae en la otra persona solamente. Es aplicable cuando vemos a nuestro interlocutor sulfurado e iracundo y tememos que sus críticas terminen en una salva de insultos, sin llegar a tener nosotros la oportunidad de defendernos.

Por ejemplo:

– ¡Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde como siempre!

– (Ignorar:) – Me parece que estás muy enfadado, así que creo que es mejor hablar de eso luego.

Como en la técnica del Banco de Niebla, en ésta también es muy importante controlar el tono de voz con el que se emite. Un tono despectivo o brusco solo suscitaría mayor agresividad en el otro, ya de por sí enfadado, porque lo interpretaría como una provocación. Lo mejor es adoptar un tono especialmente amable y comprensivo, respetuoso con el enfado de la persona.

 

6. TÉCNICA DEL ACUERDO ASERTIVO

Esta técnica se parece algo a la del Banco de Niebla, pero va un poco más allá, ya que no se queda en ceder terreno sin mayores comentarios, sino que deja claro, además, de que una cosa es el error cometido y otra, el hecho de ser buena o mala persona. Es útil en situaciones en las que reconocemos que la otra persona tiene razón al estar enojado, pero no admitimos la forma de decírnoslo.

Por ejemplo:

– Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde como siempre

– (Acuerdo asertivo – Tienes razón, llegamos tarde por mi culpa. Pero sabes que, normalmente, no suelo ser impuntual.

Esta técnica logra «apaciguar» al interlocutor al admitir el error (si realmente se ha cometido ¿por qué no admitirlo?), pero separa claramente el «hacer» del «ser». Si aplicamos varias veces esta respuesta con personas que tienden a generalizar, podremos evitar el ser etiquetados en el futuro. No hay cosa más difícil que quitar una etiqueta que alguien nos haya puesto. Esta técnica va encaminada a prevenir que esto ocurra.

 

7. TÉCNICA DE LA PREGUNTA ASERTIVA

Esta técnica es muy antigua; de hecho responde al dicho de “convertir al enemigo en aliado» y es muy útil por eso.

Consiste en «pensar bien» de la persona que nos critica y dar por hecho que su crítica es bienintencionada (independientemente de que realmente lo sea). Como de todo se puede aprender, obligaremos a la persona a que nos dé más información acerca de sus argumentos, para así tener claro a qué se refiere y en qué quiere que cambiemos. (Luego dependerá de nosotros el que cambiemos de hecho o no).

Por ejemplo:

– Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre

– (Pregunta asertiva:) – ¿Qué es exactamente lo que te molesta de mi forma de actuar? – o – ¿Cómo sugieres que cambie para que no se vuelva a repetir?

Si la persona da respuestas vagas, la obligaremos, por medio de nuestras preguntas, a especificar más. Cuando la crítica es malintencionada o está lanzada al vuelo, sin pensar, la persona pronto se quedará sin argumentos. Mientras que si está fundada en una reflexión, puede que realmente, con sus datos, nos ayude a modificar algo de nuestra conducta. En cualquier caso, esta respuesta rompe los esquemas de nuestro interlocutor, ya que ni nos defendemos ni respondemos con agresividad a su crítica (y, de momento, tampoco cedemos, ya que sólo nos limitamos a preguntar).

En cualquier caso, además de aplicar con soltura las diversas técnicas asertivas para discutir adecuadamente, se hace necesario acordarnos de la recomendación de R. Lombardi: «Si (…) sientes la urgencia de criticar a alguien motivado por el odio o el resentimiento, cierra el pico hasta que tus sentimientos se serenen y te permitan criticar afirmativamente, si todavía lo consideras oportuno.»

 

Saludos,

Héctor Peraza Díaz

http://www.psicologosbonnet.es

Acerca de Psicólogos Bonnet

Somos un equipo de psicólogos especializados en terapias personalizadas. Apostamos por el individuo, cada persona es única y centramos el esfuerzo en cada caso concreto. En nuestros tratamientos, nos inclinamos por las teorías cognitivo-conductuales, y las combinamos cuando es necesario con las gestálticas, eficaces en los procesos emocionales de duelos, separaciones y despedidas.
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9 respuestas a Técnicas asertivas

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  3. excelente explicacion, me sirbio de mucha ayuda muy buena informacion

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  5. Anónimo dijo:

    Buenisimo me sirvió mucho esta pagina

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  8. Anónimo dijo:

    buenísimo y muy bien explicado… 😀

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